La Cosa Política

Banalización mañosa de un editorial.

Inmerso en el obligado planteamiento de imparcialidad, en los medios de comunicación ha existido tradicionalmente un espacio reservado, respetado y hasta venerado para lo que viene siendo la opinión personal de una persona no natural, es decir, un espacio en el que se dan a conocer las posiciones ideológicas, morales o políticas de una organización cuyo objeto social es la comunicación. A tal cosa se le conoce como el Editorial de un medio.

Con éste se pretende, como mínimo, dar guías de opinión a los ciudadanos; aunque en máximas instancias, un comando certero de editoriales han mandado al suelo a ocupadores de las distintas variantes del poder. Es por esto que procurar mantener en alto grado la reputación de este espacio es para sus gestores un asunto prioritario.

Pero al parecer, han surgido recientemente otro tipo de prioridades al respecto.

Dentro del formato estándar moderno de presentación de un noticiero televisivo, el canal privado de televisión RCN irrumpe en varias de sus emisiones con una sesión llamada «La Cosa Política», la cual es presentada generalmente por una periodista en pie, en un escenario sin atril, con papeles en mano nunca leídos y con pantallas en el fondo que emiten imágenes acordes a los temas tratados, los que, como sugiere el título, abordan mayoritariamente asuntos que tocan la política nacional. Y desde aquí empieza el sucio del editorial.

Usar la expresión «La Cosa» es un modo peyorativo de apelar a cualquier asunto, evidenciando así que las situaciones en las que el país político define las realidades presentes y futuras de la nación son mostradas por este medio como hechos de poca monta, de carácter jocoso y banal, lo cual tiende a aumentar en la población las sensaciones que normalmente se muestran hacia estos temas: apatía, e incluso asco; par de sensaciones propiciadas para mantener a la ciudadanía desinteresada y ajena a la realidad nacional e impunes a la alta rutina política y económica del país.

Pero el título es apenas simple polvo.

El canal RCN ha implementado una serie de técnicas para presentar este aparte del noticiero y dar a conocer con éstas sus puntos de vista sobre los acontecimientos. Tales técnicas no son en lo absoluto nuevas ni hacen parte de ninguna de las escuelas de periodismo, por el contrario, utilizan los modales, risas, tonos de voz y movimientos típicos de las conversaciones informales; modos evidentemente escogidos por ser de carácter familiar, con significados claros, conocidos por el común de la gente.

¿Pero acaso es esta una estrategia del canal para llegarle a la teleaudiencia? Ciertamente sí, pero no para que sea más entendido, sino mejor captado.

Aprobar o refutar un hecho conlleva asumir una responsabilidad sobre lo expresado; es así que adjuntar material probatorio o utilizar sentencias lógicas para controvertir al otro es fundamento para ser tenido en cuenta, pero el canal RCN nunca manifiesta puntualmente si diciente de algo o no, sino que avala o deplora los hechos tratados valiéndose de los gestos del presentador del noticiero, evitando así la barrera de la razón y la necesidad de la sustentación.

Un ceño fruncido, una sonrisa pícara, miradas agrandadas, énfasis puntuales de voz, vaivenes fugaces de cadera y demás histrionismos soltados en el punto conveniente de la noticia, son usufructuados por el canal RCN para sentenciar qué es lo bueno y lo malo según el parecer de sus directivas, sin que éstas queden comprometidas, oficialmente, por haber asumido posición alguna, ya que el contenido de estos videos editoriales, en su parte textual, expresan simplemente un suceso dado, exceptuando algún esporádico comentario corto, cuya redacción en primera persona le da apenas un aire de toque casual y personal del mismo locutor. Vemos así cómo son camufladas las opiniones detrás un arsenal sicológico de gestos e imágenes y finalmente exhibidas tal cual otra noticia más.

En adición, y como punto interesante, todas estas tácticas de expresión le evita al televidente tener que escuchar y seguir con atención lo que dice el periodista para poder entender: basta con que relacione las imágenes desplegadas con el veredicto del gesto consecuente para a la postre captar, y seguir la corriente.

¿Cuál sería entonces la prioridad del canal RCN con esta manera de editorializar?

Evidentemente, llevar a la población por el sendero de sus intereses sin entrar en la lucha complicada y más pareja de las ideas, sino utilizando asimétricas técnicas de manipulación.

7 comentarios sobre “La Cosa Política

  1. Muy interesante tu artículo. Veo que te interesa el tema del lenguaje en la comunicación. Si lees inglés te puedo enviar un artículo sobre el eufemismo en la política, muy bueno.
    saludos.
    Emma Flood

  2. Es increible el utraje que se comete con el televidente en espacios como este. se trivializa la detencion de parlamentarios, las alianzas entre politicos y mafiosos, las arbitrariedades y exabruptos de los funcionarios del gobierno, etc. se ubica a los funcionarios de alto nivel en el de estrellitas faranduleras y con una estupida sonrisa o una picadita de ojo de doña vicky los delitos pasan a ser pasabocas de pasillo. Ni que decir de la nueva seccion «ya esta claro», en la que con pura griteria quedan claras cuales son las verdades verdaderas. Y en colombia dizque tenemos una comision nacional de televisión, que verguenza.

  3. Hablando de «doña» Vicky Dávila, sus complejos personales, escasos recursos periodísticos y entronizada acción en RCN como consecuencia de su tácita aceptación entre la audiencia, quisiera decirle algo:

    Cuando se designa una «La Cosa» con artículo definido no se utiliza una expresión peyorativa sino todo lo contrario. Al hablar acerca de «La Cosa Política» nos referimos al quid -a la esencia misma- de la cuestión que se está tratando.

    En mi opinión, es eso lo que vulgariza aún más el espacio de chisme y candilejas que el canal RCN destina para informar -en el sentido de «dar forma»- a la opinión nacional. Por lo demás, sus comentarios son bastante atinentes. En especial, en cuanto al efecto psicológico producido por la banalización de los asuntos trascendentes de la vida pública.

  4. Hola Piel Cabeza:

    Buena entrada acerca de la «falacia ad hominen», empleada de forma tan recurrente por los poderosos para intentar silenciar las críticas a sus crímenes. Aprovecho para darte las gracias por el comentario que dejaste en mi bitácora.

    También me parece buena tu iniciativa de «la sociedad de la opinión». (La existencia del dinero es la principal fuente de poder del capitalismo). Quizás tendrías que facilitar el mecanismo para darse de alta en dicha web ya que sólo aparece un correo de contacto y no un formulario de inscripción directa como suele ocurrir en la mayoría de los sitios.(Al menos yo no lo he encontrado)

    ¿Escribes desde Colombia?

    Un saludo cordial desde España.

    alterglobalizacion

  5. La información sobre lo que ocurre en un país, el espacio para razonar puntos de vista diferentes o polarizados, es indiscutible en una democracia. Me parece que el canal RCN arbitrariamente manipula la información o deja noticias trascendentales sin mostrar. El hecho que el dueño del canal haya sido uno de los grandes aportantes a la campaña presidencial es un factor a tener en cuenta. Por esto he creado el grupo

    «BORRE RCN DE MI CONTROL REMOTO» . Gran parte de mí rechaza que su ex director de noticiero, Alvaro García, haya sido nombrado embajador en Argentina. El presidente suele pagar con embajadas grandes favores.

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